¿Haz sentido que hay veces que por más que lo intentas, no parece que logres hacer un gran avance en ese conflicto que tienes con alguien en específico?
Estamos acostumbrados a que cuando un problema surge, de inmediato queremos resolverlo. En muchas ocasiones solo es cuestión de usar la observación y la lógica, sin embargo cuando existe una situación tóxica, ya sea con tu pareja, tu cliente, tu empleado, o tu vecina; no suele ser tan sencillo.
A nuestro cerebro le encanta el control, ya que es la única forma que puede relajarse de que no le pasará nada que no pueda manejar. Aunado a esto, desde pequeños nos han enseñado a ocuparnos de lo que va mal y la forma de hacerlo es corrigiendo las cosas.
Pero entonces ¿Qué sucede con las relaciones?
Cuando se trata de relaciones, no todo es lógico, de hecho, la mayor parte de una relación tiene que ver con nuestras emociones y sentimientos: admiración, respeto, amor, aprecio, etc.
Si hacemos un análisis de nuestro cerebro veremos que la lógica y las emociones ni siquiera viven en la misma zona. Y es por eso que a veces nos damos ese gustito que no tiene sentido lógico pero "¡Realmente lo quería!".
¿Qué pasa si quiero arreglar un conflicto tóxico de forma lógica?
Es importante recalcar que estamos hablando de conflictos tóxicos, ya que existen conflictos constructivos, hablaremos de ellos en un futuro.
Pero ¿qué pasa si quiero arreglar un conflicto tóxico con lógica? como comentabamos, es nuestra costumbre brincar a "corregir" algo. Nos hace sentir bien que sabemos estamos haciendo algo al respecto.
Sin embargo, es mucho más efectivo el ocuparse en que las cosas vayan "bien". El enfoque es muy diferente, pues si nos encargamos de las cosas que van "mal" estamos reaccionando en lugar de tomando las acciones necesarias para que no suceda el daño.
Es como cuando queremos tapar el hoyo de un clavo, cuando se pudo evitar desde el principio inclusive el hacerlo.
Los 3 pasos
Hay 3 pasos a seguir que nos permitiran evitar que las situaciones lleguen a un conflicto tóxico.
Paso 1: Conocer tu propia responsabilidad
¿Cuántas veces le haz dado la responsabilidad total a tu contraparte de un conflicto tóxico?
Es importante saber que todos tenemos un poco de verdad dentro de toda situación y que ante lo mismo tenemos un porcentaje de responsabilidad.
Lo primero es saberse responsable, observarse y buscar la forma de crecer para poder manejar mejor este tipo de situaciones.
¿Que tanto te estas haciendo responsable de tu actitud ante la situación? En un conflicto tóxico recurrente, ¿Te has dado cuenta de como puedes orillar a la persona involucrada a seguir con el mismo patrón?
Paso 2: Busca apoyo
En ocasiones, las relaciones estan tan dañadas que no es posible si quiera tener el punto de entrada para empezar a que las cosas vayan mejor.
Somos animales sociales, por lo mismo tendemos a tener columnas de apoyo dentro de toda situación. También podemos llamarles "Aliados" . Cuando no tenemos forma de llegar directamente a la persona involucrada en el conflicto tóxico, una forma de entrar es atravéz de su circulo de influencia.
Esto te permitirá entender los puntos que no hayas visto antes y además será mucho más sencillo que se genere un punto de entrada con la persona.
Paso 3: Construye tu futuro
Una vez que has encontrado forma de comunicarte, lo siguiente es empezar a construir la relación. La única forma de hacerlo es teniendo un acercamiento que te permita empezar a ver a la persona como tal entendiendo quien es, de donde viene, cuales son sus circumstancias, sueños, etc. Es importante mostrarte como persona tambien, las relaciones se comforman de 2, no solo de 1.
Eso te permitirá que las personas involucradas empaticen mejor y encuentren un punto en común de donde empezar a crear juntos. Para esto es importante escuchar y aprender, al mismo tiempo que enseñas y aprendes a comunicarte con esa persona.
Para llevar una vida tranquila y de éxito no es suficiente con trabajar arduamente, es importante considerar las relaciones que se van generando con el tiempo. Si logramos vernos como personas y comunicarnos como tal, las relaciones se hacen más placenteras y de crecimiento mutuo.
Si haz seguido estos 3 pasos pero sientes que aún necesitas ayuda, puedes contactarme para explorar un proceso de coaching individual o mentoring puntualizado.
¡Paz!
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